Mi relación con la acumulación siempre fue contemplativa, nunca coleccioné nada pero siempre me fascinó la presencia intimidante de objetos en los que ya no son únicos sino ya un ente con una personalidad profunda en el cual te quieres sumergir.
Integré eso en mi Mapa de Dedicación Imaginativa en la que los vampiros asumían forma de masa, una intimidante nube negra.
Hojas barridas, abrigos en una fiesta, ropa para lavar, libros en una mesa de estudio, botellas para reciclar, adornos navideños, un zapatero de una adolescente, un contenedor de basura en Nochebuena, un museo osteológico, un agujero negro.
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